lunes, 14 de septiembre de 2009

Lunes

Y entonces amanece y ya es lunes, la carátula de una semana que culminará nuevamente, como todas, luego de 5 días de contar las horas y caminar por las calles como un autómata que se dirige a la oficina, al comercio, a la reunión...que camina con el peso del deber, de la responsabilidad en esta rutina que se sucede semana tras semana. Y como toda antesala de un hecho no disfrutable (no para todos, dichosos ellos) el lunes se convierte en el símbolo de aquello que evitaríamos si pudiéramos, pero no podemos...malditas obligaciones. Así que en los ratos libres uno se dedica a imaginar el viernes, la llegada del viernes, del día que anuncia que llegan un sábado y un domingo, que no habrá despertadores molestos, que no existirá el subte en hora pico.... Pero lo bueno es breve y al caer la noche el domingo uno desea que el tiempo se detenga, que no haya que volver a empezar.
Yo sueño que me espera una playa en algún lado, que puedo salir de la ciudad agobiante y al menos por unos días que este escritorio no me espere. No pido mucho más que poder tirarme en algún lado a mirar un cielo que no sea el de Buenos Aires...pero es lunes y faltan al menos 4 meses para poder escapar por un rato. Hay que seguir...es mediodía, las puertas se abren a las 6.

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