* Estoy llena de angustia desde el domingo. No es que antes no haya tenido momentos angustiosos, pero desde el domingo es un estado constante; puedo reirme, puedo hablar, hasta puedo ser absolutamente feliz jugando con un niño desconocido en un restaurant, que me vino a agarrar la mano y me llevó a jugar con él, pero en el fondo estoy angustiada. Y cuando él me pregunta qué me pasa mi respuesta siempre es la misma: nada. Porque, para qué decirle que no se me va el nudo de la garganta sabiendo que va a partir en menos de una semana? Para qué decirle que a veces lo miro y por dentro lo único que pienso es "no quiero que te vayas, no quiero que te vayas"? Para qué decirle que voy a estar perdida cuando no esté, que me voy a sentir vacía, que no voy a poder dormir si no me abraza? Me lo guardo, ya la semana que viene voy a tener todo el tiempo del mundo para llorar, aunque ya empecé desde ahora. Y él... a él le preocupa alejarse de otras personas, de otras cosas...yo sé que para él no es nada dejarme, por eso la respuesta es "nada"
A veces me encuentro con el profundo deseo de que vaya y vuelva al poco tiempo, después me llamo tonta a mí misma porque sé que no va a pasar, después trato de hacerme la superada, la que voy a estar bien...pero nunca fui buena en eso de mentirme. Puedo engañar a cualquiera, pero no a mí
Ya he llegado a un punto preocupante: lo empecé a extrañar aún que todavía lo tengo. No puedo evitar mirarlo y pensar "ya no vas a estar"
Es que lo quiero y no me es fácil encontrar gente a quien querer
Pero bueno, basta ya, necesitaba un poco de catarsis, pero ya empecé a llorar y estoy en la oficina y no quiero darle lástima a nadie, mucho menos que me pregunten qué me pasa porque, no sé si les ocurre, pero si yo estoy al borde del llanto pero lo estoy aguantando y alguien me pregunta qué me pasa, instantaneamente rompo en llanto.
Así que, listo, descargué un poco, vuelvo al trabajo




Y yo, para colmo, escuchando tango...*