jueves, 5 de febrero de 2009

“Allí donde esté tiene el pelo ardiendo como una torre y me quema desde lejos,me hace pedazos nada más que con su ausencia”

Los últimos días han sido algo imposible de definir. No sé si en alguna otra oportunidad había derramado semejante cantidad de lágrimas. No, no sirvió de nada saber desde el primer momento que él se iría, saber la fecha exacta, conocer con anticipación el día en que me dejaría. Porque el día llegó y yo sentía ese nudo en la garganta, esas ganas contenidas de llorar. Lo miraba a los ojos y por dentro pensaba “Por qué, bebé? Por qué tengo que perderte?”.No, no sirvió nada… porque cuando lo conocí yo no podía saber cómo se desarrollaría nuestra relación, porque creí que podía involucrarme con él sin involucrarme del todo, porque inocentemente pensé que si de vez en cuando me repetía a mí misma “sabés que se va así que preparate” llegaría al 2 de febrero más entera, con la idea de verlo irse más digerida…pero no…no, inocente palomita, en vano fue creer que podías evitar este dolor. Alguien me dijo “ fue tu culpa por enamorarte de un marinero” pero, cómo hablar de culpas? “Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto” . Y resulta que me enamoré, está mal eso? Debería castigarme por haber conocido a alguien a quien empecé a querer un día, casi sin darme cuenta? Pero miento, porque sí me di cuenta de que lo estaba empezando a querer…pero ya no había vuelta atrás, la única opción era alejarme antes de quererlo aún más…pero se ve que ya era tarde, porque ya era parte de mí, porque ya no me imaginaba un día o una noche sin saber de él. Y ahora estoy acá, como una viuda llorando mares de lágrimas porque lo extraño como no he extrañado a nadie. Cada rincón de la ciudad me grita su nombre, si no lo grita lo susurra, como hoy, que fui a buscar a mi madre y la esperé 10 minutos en la calle, sobre Larrrea, y vi pasar cuatro colectivos de la línea 68, transporte que usamos juntos una cantidad de veces que no podría especificar; o el cumple de Cos, que va a ser en un lugar que está en Costa Rica y Armenia…la esquina de su trabajo, a donde fui a buscarlo tantas veces en plena madrugada…Todo parece complotar en mi contra, como si alguien se divirtiera haciéndome recordarlo, viéndome llorar por él…O quizás solo soy demasiado sensible a los recuerdos. Muchas personas ya me han dicho “ Va a volver o te va a decir que vayas, si no lo hace es un idiota por perderse de vos”…si, resulta que eso no es consuelo… “no va a encontrar a otra como vos”…Y lo peor es que siento impotencia y contra eso no se puede hacer nada, porque encima muchas veces pensé en irme de Buenos Aires pero nunca me animé a irme sola, ahora nuevamente estoy considerando hacerlo, pero no puedo evitar pensar que sí, que me hubiese gustado irme con él, que me hubiese ido…pero él no quiso… Así que mamá ya quiere mandarme a Alemania… Los días pasan tan lentamente que siento que no son de 24 hs, sino de 48. Se fue el lunes a la noche, es jueves y siento que hace una eternidad lo estoy extrañando. El tiempo, el tiempo…de eso también me hablan “ya va a pasar, ya va a pasar…”. Qué va a pasar? Dicen que pensar positivamente hace que pasen cosas buenas pero tampoco quiero pecar de ilusa pensando que va a volver el 20 de marzo porque si me consuelo con esa idea y el 20 de marzo llega y él no vuelve, qué voy a hacer?

Creo que, en parte, este dolor desesperado que siento es porque no he recibido ninguna señal de él desde el terrible lunes a la noche. Mencioné que además llovía? Porque como si fuera poco tener que despedirlo, lo hice bajo la lluvia. Lo besé por última vez y me alejé sin mirar atrás, al doblar en la esquina me apoyé en una pared porque sentía que la angustia me iba a tirar al piso y lloré emitiendo los sonidos que solo se emiten cuando se llora con verdadera congoja. Ahora necesito saber que está bien, que llegó sin problemas, que ..algo, no sé, necesito que se comunique conmigo. Pasaron dos días y no lo hizo y a veces me digo “y si no se vuelve a comunicar con vos? Y si dejó tu recuerdo en Buenos Aires? Y si subió al avión dejándote en tierra?” y me tienta comunicarme con alguno de sus amigos para averiguar si saben algo de él…pero no, estoy sola en esto. Tengo que esperar a que se comunique, si es que lo quiere hacer. No sé…es todo muy reciente y yo estoy en pleno sufrimiento, escribo con el corazón en la mano izquierda y el dolor en la mano derecha y me muero por besarlo y prepararle mate y que me cuente cosas de su infancia, de su adolescencia, de Roca, de sus trabajos, de..él, y que me diga “y vos, bebé, cómo estás?”, y entonces sería mi turno de hablar. Ya no tengo a quien juntarle Sugus amarillos pero…los sigo juntando. Un día voy a terminar mandando a Panamá una encomienda de 4 kilos de Sugus amarillos…y Beldent Frutas Verdes…por si allá no hay…porque si no hay, qué va a mascar mi bebé?

Ay, bebé…vos sentís que te pienso, que te extraño? Sentís esto que siento en el pecho, esta sensación de vacío que tiene tu forma? En medio de este estado cuasi patético de desconsuelo se me ocurren las cosas más idiotas como “espero que no se le haya caído el perfume de Gaultier al sacarlo de la valija” o “Cuando llegó a Chia y abrió su valija habrá pensado en que yo se la armé? Habrá pensado “qué amor mi bebé que me armó el equipaje”?. Un manantial de pensamientos que giran alrededor suyo y mío. Y soñar…puff…si habré soñado despierta estas noches que me cuesta dormir… Mi sueño más recurrente es más que nada una imagen. En esa imagen nos veo de espaldas, caminando juntos de la mano, hacia quién sabe dónde… Hay sueños que uno quiere fervientemente que se vuelvan realidad, y el dónde…no tiene importancia.

Te veo en 44 días (soñar no cuesta nada).

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